A veces miro desde la cumbre, aquel lugar alto donde el horizonte se pierde, sólo para saberme, tomar consciencia que todavía existo y miro y siento como la ciudad palpita y en ella las personas, el tráfico y el mundo, con toda la inocencia y puro sometimiento y todo el engaño y bajeza con que somos manejados.
Miro y me desprendo de mí misma para perdonar, ¿Qué más podría hacer?, sentir que quisiera ser un haz de luz y no tener pensamiento. He mirado atrás tantas veces y odio ver en lo que me convertí.
Good...
ResponderEliminarUno tiene muchas cosas para dar, a veces un pequeño gesto puede ser toda la felicidad de alguien y entregarlo también la tuya. Por qué no hacer lo que uno puede y no esperar del resto?
ResponderEliminarBesos dulces y feliz finde.
Siempre hay mucho para ofrecer sin esperar una retribución
ResponderEliminarUn beso