En algo tan pequeño como una lágrima, cabe algo tan grande como un sentimiento.
La verdad, duele; la mentira, mata, y el desengaño te hace sufrir durante toda la eternidad de tu vida, desgarrando el alma, unos sentimientos que florecen un día y se alimentaron día tras otro hasta llegar a su límite y estallar y ahora jamás se puede olvidar, porque las personas somos así, tenemos sentimientos que nos quedan marcados para el resto de nuestra vida, no somos capaces de seguir adelante sin un alma gemela que hace que empiece nuestra vida real, que parecíamos estar viviendo en un precioso sueño que al final se rompió por el error, al igual que nuestro corazón, más esos trocitos siempre recordarán los momento mágicos vividos y los te quiero sucedidos que nunca cambian lo que siente realmente el polvo de nuestros corazones.
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