Supe que no tenía salvación cuando todas las canción de amor cobraron sentido, cuando te comencé a ver entre la gente, entre los libros, entre cualquier letra de una canción cualquiera y entre películas románticas.
Te metiste entre mis ideas y arrancaste mil suspiros, entonces, supe que ya era demasiado tarde, que vendrían noches de desvelo, días en los que no sabría como sacarte de mis pensamientos, días de no saber como llamarte y noches en las que todo tiene doble sentido.
Supe que estaba enamorada cuando tu sonrisa tuvo más sentido que todo lo que escribía.
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