Ella caminaba con la cabeza agachada. Creo que nadie le dijo nunca eso de que se le caería la corona. Aunque eso a ella le daba igual. Cuando lo único que te apetece hacer es desaparecer, y te cuesta hasta respirar, te importa una mierda si se te cae la corona, aunque sea de espinas.
No quería ir a casa; se sentía como si le acabaran de dar un puñetazo en el estómago. Sin aliento. Destrozada, su corazón sangrando. Su garganta muda, no necesitaba palabras, cualquiera que la mirase a los ojos se daría cuenta de que algo no marchaba bien. Pudo oír con total claridad el chasquido que se produjo en su pecho cuando despertó de aquel sueño tan bonito.
De pronto comprendió que nada dura para siempre, y que pocas personas merecen la pena. Que en la vida, y más en el amor, nada es lo que parece. Ni todo el chocolate del mundo la hubiera hecho sonreír.
No tenía frío, ni calor, hambre, sed, sueño, aliento y pulso. Ni Ganas de vivir. Se dio cuenta de que los príncipes no existen, ya sean azules, verdes o fosforitos. "¿Cómo se me va a caer la corona?", se preguntó: Si ya me la sujetan los cuernos.
Echarte de menos. Recuerdos. Escuchar canciones dedicadas, románticas, olvidadas. Lo que no he olvidado es llorar. Qué bonito era todo. Mentiras. Verdades a medias. Ilusiones. Sueños sin futuro. Esperanzas que se esfumaron. Frío. Más llanto.
Heridas cicatrizando que nunca llegarán a sanarse. Tacones, fiestas y alcohol. Felicidad aparente: Sonrisa en la cara y lágrimas en el corazón. Mensajes baratos; conversaciones. Muchas palabras. Te quiero que dolían más que las mentiras.
Dudas. Caminar entre el amor y el odio. Sentimientos contrarios e incomprensibles. Largas historias. Quizás juntos o tal vez separados. Hemos formado parte de este juego y eso, quieras o no, a los dos nos dejó marcados.
A ti que conseguiste lo que aún no había conseguido el invierno de la ciudad, dejarme helada. Mis pasos se detuvieron por pura estupefacción, y me invadió el peso, de un por qué gigante que callé porque lo único que deseaba era escupírtelo a la cara.
Esta vez sí fuiste explícito, por lo que se, me negué la tentadora posibilidad de interpretarte a mi antojo. Si no fuera porque no tengo intención de limitarte en las pocas ocasiones que tienes la vocación de enseñarme tu corazón, te indicaría que a veces es mejor quedarse callado porque amor mío, "Doler por amor al arte debería estar prohibido."
El fin no existe, es solo una ilusión de haber llegado. Esa ilusión no es más que que una luz verde para comenzar de nuevo algo nuevo. "Y a este ciclo es a lo que yo llamo Vivir." Fragmentos del libro Acapela. Daniel Sanchez Sordo.
En una noche deprimida, algunos escriben poesía, otros leen, hacen llamadas de teléfono, salen o se dejan llevar. Yo intento escribirlo hoy. Rabia, desilusión, dolor, tristeza, amargura, soledad, cuantos sentimientos que me aturden.
A veces el optimismo deja de ser el motor y las pequeñas cosas del día dejan de ser increíbles. Quisieras salir corriendo pero no sabes hacia donde. Hoy no me acostaré valorando un día mas y mañana no me levantaré pensando que va a ser un día diferente.
Hoy es una de esas noches en que me siento harta de muchas cosas. De que se me pudran los sentimientos dentro. De no volar a voluntad y de sentir solo la mitad de mi corazón.💘
Puedo ponerme cursi y decir, que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños, puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu Dios, tu asesino… O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea, a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor, que me falta valor para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir “toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos de un rato… me llamas”.
Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu “ven”, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastió…O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
Y si quieres también puedo ser tu abogado y tu juez, tu miedo y tu fe, tu noche y tu día. Tu rencor, tu por qué, tu agonía…o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
A veces no tengo muchas ganas de escribir y solo comparto frases. Entre ellas algunas te tocarán el corazón y otras te harán sentir el frío del indiferente. Espero que las disfrutes todas. Hoy te dejo esta que me viene muy bien.
"Me urge fórmula de olvido, también me sirve la de la indiferencia."
Las cosas que no tienen precio para mi entre tantas otras cosas esta: El amor incondicional, La fe, los momentos inolvidables que paso con las personas especiales que conozco, la ayuda de alguien extraño en el momento que mas necesito, el como descubro en situaciones difíciles quienes son mis amigos, los sentimientos que tengo por alguien especial, aquello que no tiene precio; porque no se compra: Como el rayo de sol que entra en mi ventana, las gotas de lluvia.
Mis hijos que corren, en forma espontánea a mi encuentro. No nos perdamos nada de lo que realmente nos importa, porque la vida se va y esas pequeñas cosas son las que no tienen precio.
Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que ¡la vida se compone de cosas pequeñas.!