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Hay horas en que me atormenta que me ames.

Amor mío, no te quiero por ti ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no eres mío, porque estás del otro lado.   Ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames.   !Cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas!, me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado.


Amor mío, no te quiero por ti ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no eres mío, porque estás del otro lado. 

Ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames. 

!Cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas!, me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado.


Amor mío, no te quiero por ti ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no eres mío, porque estás del otro lado.   Ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames.   !Cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas!, me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado.

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