Regálame otra noche como aquella, que sólo nos faltó la luna llena. Las copas y el champán en la bañera, las ropas esparcidas por la mesa. Regálame otra noche como aquella.
Alúmbrame por Dios, que voy a ciegas, perdí toda mi vida a manos llenas. Salí del corazón de las tinieblas. No sé si esto es amor o borrachera, pero regálame otra noche como aquella.
La gata pareció de porcelana al ver que el nudo no se desataba. Probé cuanto quisiste que probara. Te amé como si el mundo se acabara. Se oyó algún tren silbar en la distancia y en la penumbra acaricié tu cara.
Al ver como la piel se te incendiaba La gata se volvió, nos dio la espalda. Abrázame y verás que no estoy muerta. Arráncame de adentro malas yerbas. Enrédate a mi piel como la hiedra, que vengo de perder todas las guerras.
Regálame otra noche como aquella. Regálame otra noche como aquella. Renuévame la sangre de estas venas. Ya ves, uno se cree que está de vuelta y del pecho le nace yerba-buena. Regálame otra noche como aquella.
Viví una vez, una época gris. Pasaba el amor, sin fijarse en mi. El cielo, el sol, no estaban. Quebrada mi voz lloraba.