Se dice que las películas son solo algo que entretiene, pero me niego a pensar que no puedas conocer a alguien que te haga vivir una verdadera película. Es el momento de dejar atrás las inseguridades, los temores, los miedos, los defectos, nadie vale más que nadie y eso debería ser algo universal. ¿Cuántas veces has dejado pasar algo por miedo al que dirán?, ¿cuántas veces has dejado de intentar algo por no creer en ti? Es hora de dejar eso atrás, somos una generación a la que no se lo están poniendo fácil.
Es el momento de que cojas el teléfono y llames a esa chica que te gusta, de que le hables a ese chico tímido que te encanta pero no tiene valor para acercarse, de que cruces esa puerta que solo tienes que empujar. Es complicado y puede que no funcione, pero la felicidad que vas a tener al conseguirlo no se puede comparar con el mal rato que puedes pasar si fallas; y si sale mal pues adiós, ya vendrá la buena.
Cada vez se mira peor que los sentimientos se expresen, lo que se lleva por bandera es asustarse y salir corriendo. Nos venden un amor en el que se debe pasar de todo, parecemos animales no dándole importancia a lo que la tiene.
Hay que despedirse de los fantasmas del pasado, cada vez que conozcas a una persona imagínate lo que puede llegar a ser, empieza a soñar, deja de cruzar los dedos y aprende de ti. Para mi madurar no es dejar de soñar, si pierdes la capacidad de hacerlo te quedas en un simple cuerpo que no verá más allá de esto que lees.
Créetelo, los consejos que una persona te de, que se los aplique él, tú vive los tuyos. Creo que ya es hora de que hagamos las cosas con fuerza y con la nobleza de cada uno. Si alguien ha de ser para ti, va a aceptar todas tus cosas, no va a salir corriendo y, si lo hace, que tenga buen viaje. Simplemente, sueña, con lo que sea, pero a lo grande.