Me estoy desvaneciendo de a poquito, mis ojos se van convirtiendo en dos gotitas de líquido salado. Es complicado, ¿sabes? Porque no tengo ni la menor idea de lo que está pasando aquí, no sé qué estoy sintiendo, no sé por qué me pierdo en todo esto.
Ahora noté que, necesito apagar la luz. Es complicado, porque ni siquiera estoy segura de querer salir de este lugar, de prender la luz, de secarme las lágrimas. Quiero salir corriendo a un lugar en que nadie me pueda encontrar, un lugar en que no pueda recibir noticias de ningún tipo, un sitio, en el que, pase lo que pase, yo no me entere.
Siento que me desvanezco, cierro los ojos e intento abrirlos y me pesan los párpados, cada vez un poquito más. Siento esa cosa rara a la que todos le llaman angustia, pero no puedo definirla, no puedo describirla, por qué no estoy segura de qué es, ni cómo es precisamente. Inexplicable angustia, hondo dolor del alma, recuerdo que no muere, deseo que no acaba.