¿Por qué a veces ir en busca de las cosas bonitas son tan difíciles? ¿Por qué he de quedarme esperando? ¿Por qué tengo que perderme las locuras de la vida que desactivan la razón y agudizan sentimientos que se creían perdidos?
Tengo ganas de llorar y no puedo, ese nudo en el estómago y la mudez que se ha posado en mi garganta me indican que, ante la primera lágrima, no habrá marcha atrás. Será por eso que necesito varios segundos para derramar la primera y horas, muchas horas para que mis ojos se cansen y digan: "basta".
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