se adentra en el primer vagón y avanzó hasta sentarse en el último asiento. Aquel lugar era tan acogedor como solitario, resultaba hasta íntimo.
Sí, había escogido un buen sitio. Y miró por última vez el paisaje, nostálgico. Sabía que era mucho lo que dejaba atrás, pero quizás fuera más lo que se encontraría delante. ¡Había aprendido que quien no arriesga, no gana, y ella nunca perdía.! Que por poca fuese la probabilidad, nada es imposible.
No consiste en creer en el azar, sino creer en uno mismo. Veía cada vez su destino más cerca, pero a la vez, nuevas metas lejanas. Y aunque fuese una locura, se deshizo de toda una vida para marcar con su huella otra. Le iban los retos. Quiero creer en la palabra "esperanza" tal como está escrita en el libro de los humanos.
Mejor creer en la palabra "esperanza", tan como está escrita en lo dulce del alma.
ResponderEliminarBesos linda, que pase pronto
La esperanza es la que nos da fuerzas para continuar y emprender nuevos caminos como bien explicas en este texto.
ResponderEliminarQue no nos falte nunca!!
Un abrazo, Marylin.
Nos agarramos a ella como una tabla de salvación, y deberíamos hacerlo como si fuera un proyecto, un inicio. Saltos y brincos
ResponderEliminarHola amiga
ResponderEliminarHace tiempo que no te escribo, realmente siempre hay una esperanza por muy largo y oscuro que se nos haga el tunel, cambia el negro por los colores del arcoiris verás como la vida se ve con otro prisma
Un abrazo enorme
La esperanza existe y si no fuera por la esperanza mas de una vez y mas de dos, tiraríamos la toalla, pero esa esperanza que nunca se pierde nos invita a "tirar pa lante"
ResponderEliminarMe agreego a tu blog. Saludos
"Para nacer hay que destruir un mundo" decía Hesse, es una lástima, pero es así.
ResponderEliminarBesos
animo mujer ten fe en tu sueños y corazón Un beso
ResponderEliminarMuchos caminos hay en la vida....mis felicitaciones por este blog tan bonito. Saludos.
ResponderEliminar