Todo volvió a su cauce... Todos los sentimientos que una vez perdí los recuperé. Cogí un barco y los pesqué donde una vez los tiré. Los cogí y los guardé en un sitio secreto, bajo llave. Donde nadie me los cogiera y volviera a jugar con ellos. Donde yo pudiera mostrarlos si quisiera. Donde la única que tiene la llave soy yo. Es un lugar perfecto, hecho a mi manera. Porque soy yo la dueña de todo eso.
Allí donde mi imaginación hecha a volar para después volver y plasmar mis historias en papel y que la gente lo lea y vea que cada uno puede tener su sitio secreto. Ese lugar donde podemos guardar recuerdos e historias... para soñar y dejarse llevar por la magia de saber plasmar lo que se siente.
Que bien se siente uno cuando recupera lo que fue, cuando organiza su vida y no tiene que dar explicaciones. Un abrazo
ResponderEliminarSomos nosotros mismos quien damos valor a nuestros sentimientos. De este valor depende que alguien juegue con ellos.
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