A pesar del dolor, hubo ganancia, hubo darse cuenta. Cada día, mientras veía tu silla vacía, comía sin mucho paladear; como si lo hiciera para solo sobrevivir. Mientras escuchaba música, me traicionaron mis manos y te buscaban en el sofá.
¡Poco a poco aprendí a estar sin compañía!, sin alguien que ocupase mis miradas, mis caricias, mis picardías. Todo eso se envolvió en un regalo agridulce que me hizo enterarme de mí, de que existo, de lo que quiero, de lo que necesito.
Aprender a sobrevivir, sin el ser amado.. ese camino es duro, puesto que cada día está metido dentro de lo intangible.. Me gustó, Saldos
ResponderEliminarSe aprende a disfrutar de estar solo, de los espacios, si bien el amor es necesario, no debe ser una dependencia como único fin para ser feliz siempre.
ResponderEliminarBesos dulces siempre para ti.
Qué curioso, hoy mismo en mi blog hablo de lo bien que se está sola. Precioso tu texto!
ResponderEliminarBesos.
Tus versos encierran hermosos mensajes, cual doctora en filosofía y nos trasladas a las inquietudes de tu existencia.
ResponderEliminarHermoso.
Andrés López
Una sincera expresión de soledad, pulidamente expresada en poesía.
ResponderEliminarSaludos.
Bello......y muy hermoso
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