Por más que el dedo lo intente ya no hay más páginas para pasar. Y todo acaba ahí. Suspiras profundo porque te encantó mientras leías. Porque sentiste cosas que jamás habías sentido con otros libros. Pero de vuelta a la realidad el punto y final te oprime el pecho. Te hace daño. Y el nudo en la garganta aparece sin querer. No se puede hacer nada.
Terminaste de leer. Sabes que llegó el fin. Y el autor dijo que no habría segunda parte. Que esa historia no tendría continuación. Ahora lo único que queda es dejar el libro en la estantería. Olvidar la historia y comenzar a leer otras. Existen relaciones que no tienen segunda oportunidad.