¿Quién dijo eso de que el tren pasa una sola vez? Probablemente alguien que cuando perdió el que quería coger no esperó al siguiente.
Seguramente perdió todas sus esperanzas y acabó abandonando todos sus sueños y todo terminó cuando vio a lo lejos que se iba y no retrocedía.
Pensaría que era la única oportunidad para ser libre y quizás sus ganas de vivir terminaron entre los incontables carriles de la vía.
Cierto es que el tren no va a esperar por ti. Ni por ti ni por nadie. Pero sí vuelve después de marcharse. Regresa para llevarte a la casualidad de tu vida. Esa que todo el mundo desconoce de antemano.
Y te das cuenta de que vale la pena esperar todo el tiempo que haga falta para poder coger ese tren e irte para escaparte con lo preciso; fuerza y sonrisa y evadirte del pasado para vivir el presente como mejor puedas y comenzar a construir tu futuro con los cimientos del amor por lo que quieres.