Me dediqué a mí misma, a cuidarme, a quererme, a ser feliz, ame aún más a mis hijos, me acerqué más a mi familia, valoré más la amistad de quienes están a mi alrededor.
¡Y descubrí que la felicidad no depende de que alguien esté con nosotros, depende de uno mismo!, estar tranquilo con nuestra conciencia y disfrutar cada día de manera sana.
Creo que siempre confundimos el QUERER con el AMAR y claro que no es lo mismo. Un beso
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