Dime qué puedo hacer.
 Porque hasta el día de hoy,
 a veces, aunque ya no deba hacerlo, 
sigo repasando los momentos que viví a tu lado.
 No fueron demasiados, ni muchos ni pocos.
 Sólo fueron los justos y necesarios para hacerte imborrable. 
A veces sigo pensando en el principios, en todos nuestros principios y en la falta de ellos.
 A nosotros nos sobraron anocheceres y nos faltaron amaneceres. Nos sobraron y nos faltaron casi a partes iguales. 
Dime y ahora, qué puedo hacer.


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