Mi propia percepción de la felicidad, ser libre, no estar atada a nada, hacer lo que hago por convicción, porque quiero hacerlo, porque me gusta hacerlo, que nadie me grite, que nadie me humille, tener voluntad propia, tener paz, poder ver mi miseria con tranquilidad, con una conciencia limpia, con serenidad.
La felicidad es lo que soy, una mujer que se ríe de su mala suerte, que tiene un humor negro y un sarcasmo enorme, que prefiere reírse de si mima que lamentarse de su mala estrella, que prefiere luchar que sentarse a llorar, que disfruta de cada día que respira, que se alimenta de la ilusión de algún día morir en paz.
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