Seguidores
Visitor
¡A veces necesito un toque suave!
!Enséñale a volar al pájaro y verás cómo se queda a tu lado.! Hay que vivir y aprender a volar. No podemos quedarnos sentados en el pasado. Tenemos decir adiós a todos esos momentos que nos arrebataron la felicidad.
La vida es llegar a casa y encontrar a la misma persona todos los días.
Es cuando tienes una crisis emocional y tu pareja se acuesta contigo, te sostiene y te dice que todo va a salir bien. Y tú le crees. Se trata de seguir amando a alguien a pesar de los defectos y dificultades de la vida. Amar a alguien no siempre es fácil. Pero es increíble y reconfortante, una de las mejores cosas que podemos experimentar en la vida.
La vida es hermosa.
Hay momentos que nunca se olvidan. El primer beso, aquella canción, y, sobretodo a ciertas personas.
Debemos vivir el momento cada día.
Feliz porque no tengo una imagen falsa que mantener. Lo que ven es lo que hay. Algunos días soy increíble, otros un completo desastre, pero siempre soy yo.
Te deje ir, como al invierno, como a esos sentimientos que duran, como a esos recuerdos que solo se entierran entre lágrimas.
Te deje ir, como al invierno, como a esos sentimientos que duran, como a esos recuerdos que solo se entierran entre lágrimas. Te deje ir para que volvieras cuando quieras, para que lo hagas por voluntad o amor, para que me extrañaras al menos y sintieras lo que siento en tiempos de ausencia. Te dejo ir para que seas feliz, para que sonrías cuando veas salir el sol por el horizonte, para que me hubieses visto volver con el ocaso. Dejarte ir fue todo esto y más.
Dejarte ir fue dejar ir una parte de mi que se consolido en tu piel, fue marchitarme en el olvido y renacer de las cenizas de todas aquellos mensajes borrados que algún día fueron poesía en tus oídos y sonrisas en mis labios. Renacer para encontrarte, para que me hubieses conocido otra vez y me hubieras querido como no lo habías hecho antes, para que me miraras a los ojos y al ver a través de mi pudieras sentirte como en casa, para que me notaras, para que hubiese sido especial en tu vida y no una más.
Necesitaba verte sonreír, verte feliz, verte, lo que necesitaba era verte. Y no creas que no se como funcionaba todo, sabia que para cuando todo esto pasase, ibas a estar del otro lado del carril en una estación de tren, ignorándome, como si nunca nos hubiéramos conocido, como si se hubiese borrado el tiempo. Y mirarte, mientras te ibas, mirarte y saber cuan imposible resultaba tenerte como aquella vez. y lo desconcertante que era saber que fue un error dejarnos ir, alejarnos uno del otro es y siempre será un error que me quemará la conciencia. Irreversible, un daño sin cura.
Te tuve y te deje ir, te vi marcharte sin saber si lloraste al darme la espalda, sin comprender la dimensión de tu dolor, sin querer ver que en verdad no di lo suficiente de mi por ti. Me dejaste ir y sólo me quedaron remordimientos y excusas maltrechas para ocultar la cicatriz en la que te llevo conmigo todos los días, vaya donde vaya, siempre conmigo. Cuando pensé que algo cambiaría, que al menos algo volvería a ser lo que era, no estaba realmente pensando con la cabeza, sino más bien con el corazón.
Así meses después, todo sigue siendo igual más allá de todos los cambios que haga. Estoy intentando basarme en nuevas experiencias de vida, en quizás nuevas mentiras y engaños que esta vez nadie pueda notar. No me culpen, es un mecanismo de defensa que automáticamente se activa cuando las cosas van lo suficientemente mal. Y no deseo estar así, lo juro, estoy intentando dar marcha atrás o quizás, ir hacia adelante sin darle prestarle atención al pasado.
Me auto convenzo de que intentar vale la pena. Muchas veces me supera saber que nadie realmente crea en mi, pudiendo con todo, estando bien o feliz. Y hablo de alguien que sepa que sucede conmigo, y qué no, no de aquellos que se acostumbraron a verme con una sonrisa en la cara simulando que no pasa nada. Me gustaría que alguien apareciera en mi vida y me dijese que todo va a estar bien y que de hecho, lo crea. No que sea sólo una mentira. Porque cuando no hay nadie teniendo expectativas en uno, es mucho más difícil.
Ya no eres solo tu la que no cree en que vas a poder, sino que ya nadie espera que puedas. Y si ya nadie espera que nada cambie, no quedan esperanzas. Que no me vengan a mí con que soy una persona triste, con que todo lo veo negro porque la verdad es que todos me llevan a la misma conclusión.
Alguien me demostró que tenía que dejar mis "malos hábitos" atrás por el bien de los demás y por sobre todo el mío. Lo escuché, y aun cuando caí en la cuenta un poco tarde, lo escuché. Y he estado intentando un sin fin de formas para no pensar en eso, en definitiva, intento engañar a mi cabeza con sus pensamientos profundos para que deje de pensarlos. Distraerla por el momento para que olvide, para que invente ella el término olvido y pueda borrar todas las heridas.
Por un momento, creí que comenzaba a surtir efecto, quiero creer que mis esfuerzos están ayudando a la situación y están sacándome del pozo negro en el que estaba. Y no se en quien confiar. Ahora, si bien todos me quieren ver sana y sonriente, ellos mismos buscan un motivo por el cual mis esfuerzos por estar bien dejen de valer la pena.
Y todo relativamente, de un minuto a otro, luego de escuchar esos pequeños e insignificantes comentarios hirientes que me dedican con todo su afecto y cariño, seria y entendiblemente de mi parte comienzo a querer mandar todo bien a la mierda. No necesito ahora a alguien que me diga que no soy y debo ser, estoy cansada de escuchar a todo el mundo reclamarme cosas, pedirme que sea así o asa. Soy como soy, si te gusta bien y sino, también. Tu me cambiaste, no lo niego, pero no quiero seguir siendo alguien que no quiero ser.
Termina parte de mi camino. Una decepción, miles de sueños e ilusiones, momentos claves en mi vida que jamás voy a olvidar. Bienvenido Año Nuevo.
Una decepción, miles de sueños e ilusiones, momentos claves en mi vida que jamás voy a olvidar. No me decepcionan tanto las decepciones que tuve que afrontar porque por lo menos puedo contarlas con las manos, con una mano para ser más exacta.
Estoy segurísima de que crecí, pude abrir mis ojos en varias ocasiones y más allá de que esto me doliera... maduré. Miles de sueños e ilusiones, castillos construidos algunas veces sin un sostén pero siempre firmes, ilusiones propias de una mujer de mi edad que trataba de pensar en un futuro ideal y en el amor perfecto, ese amor que te conquiste de a poco, que te muestre que es posible la unión de dos personas bien diferentes, que te robe un beso o una sonrisa cuando más lo necesites y que te permita llorar de la felicidad.
Sueño con el éxito, la realización de mis metas y un futuro próspero lleno de alegrías, alegrías que pueda compartir con aquellas personas que más amo y que yo elija, elecciones acertadas para no arrepentirme y eso... eso que me falta y que solo mi corazón y yo lo sabemos. Momentos de este año que de ahora en adelante formarán parte de mi pasado, un pasado que ya no quisiera revivir de nuevo.
- Las miradas que cruce con personas que jamás conocí pero personas que todavía recuerdo.
- Los halagos que jamás pensé recibir por parte de esa persona que pudo cambiar mi visión al ver las cosas.
- Las palabras y las enseñanzas de una persona especial.
- Las canciones que le pude cantar a las personas que quiero y que más allá del tiempo siempre, siempre, siempre estarán en mí.
- Los momentos llenos de locura y de diversión, ocurrencias posibles sabiendo que compartí días con personas inolvidables.
- Esos que me movieron el piso, me sacaron una sonrisa, me hicieron ver más allá de sus ojos, me hicieron amar, me hicieron sentir felicidad, me hicieron olvidar por momentos de mi no correspondido amor.
- Los tantos abrazos, saludos y muestras de cariño de gente que quiero y de quienes menos creí acompañadas de las charlas que nunca pensé tener y las miradas que nunca pensé ver.
- Mis amigos de Youtube que editan esos videos que me tocan el alma como los de Irene La lobita.
- Mis seguidores del blog, google plus que son tantos miles, Tumblr, Pinterest , Instagram, Facebook, Twiter, Taringa, LinkedIn y tantas otras redes sociales que participo.
- Un amigo especial que me lee desde el Japón. Aquí, en un año aunque no del todo exitoso termina parte de mi camino, en breve empieza otro. Bienvenido Año Nuevo sin un regalo y dos copas.
Estar triste está prohibido tenemos por delante un año no vivido.
Tengo guardada la esperanza del ayer los recuerdos que no se olvidan la infancia que perdura en mi piel. Vestidos, cds y voces de personas que se perdieron por culpa del destino.
Tengo sueños escritos en papel tengo alegrías, tristezas, emociones guardadas en mi caja de cartón. Mil sueños que no dejan de latir, juegos y risas que de niña me hacían reír y ahora me hacen llorar, canciones para dormir y otras para recordar, y los besos de mi madre que ya no volverán.
Un beso no repetido, un baile, mis niños cuando chiquitos, cuando eran muchachitos, mis perros, mis sueños no cumplidos. Mi música, libros y canciones. Mi carpeta de dibujo.
¿Cuántos Diciembre más en Soledad?
Hay que recordar que la vida tiene dos caras, una de mucha felicidad y la otra de mucha soledad.
Hay que recordar que la vida tiene dos caras, una de mucha felicidad y la otra de mucha soledad. Es importante que siempre sepamos cuidar a los amigos y no olvidarlos en los momentos en los que todo nos sale bien.
Nadie quiere que lleguen esos días tristes, pero llegan, son inevitables. Hay que vivir la alegría pero sin olvidarnos de los que siempre han estado a nuestro lado tanto en lo bueno como lo malo.
No permitas que cuando hay alegría en tu vida, tus seres queridos se conviertan en espectadores que te ven alejarte de ellos feliz por lo que estás viviendo.
Vivimos en un mundo donde cada vez hay menos margen para soñar.
Vivimos en un mundo donde cada vez hay menos margen para soñar. Llevar una vida intrascendente es tan sencillo como dejarse arrastrar por la rutina y aceptar que de nuestra existencia no hay que esperar grandes cosas. A no ser que un día, cansados de tanta mediocridad, nazca en nosotros el imperioso deseo de convertir en realidad todos aquellos sueños que se vieron truncados cuando alguien nos convenció de que la vida no era como la imaginábamos ni tan bonita.
Ha pasado el tiempo y no recuerdo en que momento te comencé a olvidar.
Ha pasado el tiempo y no recuerdo en que momento te comencé a olvidar. No recuerdo aquellos momentos, en que eras todo para mí, y que daba mi vida por ti. No fué uno ni dos, fueron 10 años que sufrí y es triste saber que ya no eres nada para mí.
.
Aquellos días, cuando el tan solo verte, apaciguaba las ansias, que me carcomían poco a poco. Sin embargo, un día te alejaste, y dejaste todo, por un pobre sueño loco. Mi vida no era vida, pues tu vida era mi vida, y al dejarme, me dejaste sin salida. Tuve cien tropiezos, cometí muchos errores por querer satisfacer y llenar ese vacío que dejaste al irte; pero no lograba nada, tan solo lastimarme y humillarme.
Un día conocí a una persona que me extendió la mano y me dijo ven conmigo que quiero ser tu amigo.
No tenía que perder y fuí con el sin saber, que ese día mi vida cambiaría, y que todo se renovaría. Ahora estoy tranquila puedo vivir en paz y ya no hago daño a los demás.
Quiero encontrar un amor, de nuevo comenzar y aprender lo que es Amar. Ha pasado el tiempo y no recuerdo en que momento te comencé a olvidar.
Voy a seguir dando batalla. Hay miles de problemas más graves que los míos.
La vida es como una serie de Netflix, solo que con 80 ó 90 temporadas. La gente va y viene según las temporadas.
Nunca nos dijimos para siempre, pero tampoco hasta nunca.
Yo siempre fui tu puerta abierta. Tu vida y tus arrugas de expresión. Tú fuiste mi último primer amor. Mi cara más bonita sin enojarse. Mi precipicio emocional.
Pero no recordemos nuestras carencias. No hagas que piense de nuevo en las vidas que podría haber vivido mientras esperaba a que la tuya arrancara. No me mires como lo haces, como si estuvieras delante mío ahora. Y no, tampoco me toques la mejilla como si fuera de cristal. Te aseguro que si no me había decepcionado ya, ahora es el momento.
Eran muy pesados mis zapatos pero me dolía más el corazón que la planta de los pies.
De manera que no me moví del banco en el que estaba. Sólo mis resentidas uñas podían saber cómo me encontraba en realidad. El sol se ocultó tras la estación del tren. Fue entonces, y sólo entonces cuando asumí la realidad; él no vendría.
Decepcionada y con la cabeza baja dirigí mis pasos hacia la puerta de salida. Cuando llegué a la estación me di cuenta que eran muy pesados mis zapatos pero me dolía más el corazón que la planta de los pies. Casi podía notar cómo el corazón me sangraba, y tan distraída estaba en eso que no me percaté de que alguien me seguía.
En la distancia había quien seguía cada uno de mis pasos, quien controlaba mis movimientos. Poco a poco fue ganando terreno, aproximándose a mí hasta casi poder tocarme. Si alargaba el brazo podría acariciarme, si yo frenase en seco no podría evitar el choque.
Por un momento no supe si tenía que gritar, correr o dejarme llevar; fuera lo que fuese me tenía completamente paralizado el cuerpo sin poder reaccionar. Y del cuello a la oreja. Ahí dejó descansar sus labios y pronunció unas palabras. Tú también te mereces una sorpresa alguna vez, ¿no? Apenas podía creérmelo era él! A quien había estado esperando en la estación!.
Nunca había esperado tanto algo como aquella vez, ese instante, esa voz y ese dulce tacto que me llegaba hasta el corazón. Después de unos segundo que me parecieron eternos, conseguí girarme y quedarme frente a él. Quién sabe, quizás todo fue mi imaginación o las ganas tan grandes que yo tenia de verle.