Tengo en el corazón el temblor del momento y en los pies la incertidumbre de cada día.
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Hoy en día todo es una botella, una pena y un pene.
Ya no queda más que la locura encerrada entre los abrazos de unos y otros. Ya nadie sabe lo que es sexo con amor ni hacer el amor sin sexo, y las caricias han quedado para regalarse los sábados por la noche junto a la publicidad del Vodka.
Ya solo se miran las faldas cortas, y las sonrisas exageradas que surgen del placer de recibir un piropo. Ya está de más preguntar por el ¿Qué te pasa? Y la gente se limita a preguntar por el ¿Con quién te has acostado?
Ya se han quedado atrás los días que hacíamos botellón de botella, y ahora uno se limita a mezclar vino, con cervezas y con chupeteo baratos, para ahogar las penas en alcohol que ni siquiera tenemos, pero que si exageramos.
Lloramos con las películas antiguas en las que el hombre se vuelve loco por la mujer, le regala flores, perfumes y la viste de Prada, la persigue hasta el final del mundo y ella lo espera en un puerto. Pero en la vida real no buscan nada más que una botella, una pena y un pene.
Parece que retrocedemos, en vez de avanzar y, por eso, el futuro estará formado por lo mismo. La vida de muchas de nosotras acabará consistiendo: en un consolador, un cóctel, y una película de amor basada en Titanic, cuyo argumento nunca se atreverá a llevarlo a su propia realidad. "Hoy en día todo es sexo". ¿Dónde quedó el amor en estos tiempos? ¿Acaso se los tragó la tierra?
Ya solo se miran las faldas cortas, y las sonrisas exageradas que surgen del placer de recibir un piropo. Ya está de más preguntar por el ¿Qué te pasa? Y la gente se limita a preguntar por el ¿Con quién te has acostado?
Ya se han quedado atrás los días que hacíamos botellón de botella, y ahora uno se limita a mezclar vino, con cervezas y con chupeteo baratos, para ahogar las penas en alcohol que ni siquiera tenemos, pero que si exageramos.
Lloramos con las películas antiguas en las que el hombre se vuelve loco por la mujer, le regala flores, perfumes y la viste de Prada, la persigue hasta el final del mundo y ella lo espera en un puerto. Pero en la vida real no buscan nada más que una botella, una pena y un pene.
Parece que retrocedemos, en vez de avanzar y, por eso, el futuro estará formado por lo mismo. La vida de muchas de nosotras acabará consistiendo: en un consolador, un cóctel, y una película de amor basada en Titanic, cuyo argumento nunca se atreverá a llevarlo a su propia realidad. "Hoy en día todo es sexo". ¿Dónde quedó el amor en estos tiempos? ¿Acaso se los tragó la tierra?
Recuerdo que tu y yo alguna vez conseguimos parar el tiempo.
Estar seguros, absolutamente seguros. Asegurar que los sábados son púrpuras y las aves de color turquesa. Estremecernos con los pasos de todos esos duendes que rozan nuestra piel sin querer, intentando no molestar mientras construyen a nuestro alrededor esta pequeña burbuja.
Sentirnos sanos y a salvo. Perder el tiempo y recuperarlo junto a tus pestañas. Besos y retratos con pintura de dedos. Sentir tu piel y notar cómo se eriza el vello poco a poco. Aspirar el olor de esa nube que se forma entre tu cuerpo y el mío, esa que nos asegura que no hay nada más allá.
Sentirnos uno. Vivirnos uno. Crearnos en uno nuevo. Soplar momentos y establecernos juntos. Y después, mucho después de todo eso: ser conscientes de que tu y yo alguna vez conseguimos parar el tiempo.
Feliz fin de semana.
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