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Aquellos que nos juzgan más duramente son los que nunca se atrevieron a moverse.


Aquellos que nos juzgan más duramente son los que nunca se atrevieron a moverse de su zona de conformidad, los que se quedaron ahí donde todo es cálido, conocido y seguro. La diferencia entre alguien que te dice la verdad y alguien que te juzga cuando fallas, Es que las palabras del segundo vienen de la frustración, no del aprecio o la solidaridad. No hay que temer empezar algo nuevo si lo que se teme es el juicio de los demás, porque corremos el riesgo de convertirnos en aquellos que nos juzgan.

 Aquellos que nos juzgan más duramente son los que nunca se atrevieron a moverse de su zona de conformidad, los que se quedaron ahí donde todo es cálido, conocido y seguro. 

 La diferencia entre alguien que te dice la verdad y alguien que te juzga cuando fallas, Es que las palabras del segundo vienen de la frustración, no del aprecio o la solidaridad.

 No hay que temer empezar algo nuevo si lo que se teme es el juicio de los demás, porque corremos el riesgo de convertirnos en aquellos que nos juzgan.

2 comentarios:

  1. Habremos de valorar más a los conocidos que intenten comprendernos que a los amigos que nos juzguen.
    De acuerdo contigo empezar algo por nuestras convicciones y no dejarlo por juicios ajenos.
    Instructiva tu entrada,.
    Besos.

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  2. Totalmente de acuerdo en lo que expones y los que juzgan lo hacen porque no quieren verte avanzar.

    Besitos dulces.

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