Seguidores

Visitor

Este valiente corazón se está pegando una sobredosis de cobardía.

Dicen que los trenes, nunca pasan dos veces, que cuando se cierra una puerta otra ventana se abrirá. Que los cuentos, sueños son, que si las miradas matasen, habría lista de espera en el cementerio.   Que cada siete segundos una pareja de todo el mundo fracasa, que las miradas se valoran más que las palabras. Que los supuestos regresos, nunca salen como uno quiere y que la frase -si te vas no vuelvas- me persigue. Que escucho esa canción y me obliga cada vez a recordarte, me hundo sí, me hundo con tus palabras.   Este valiente corazón se está pegando una sobredosis de cobardía, y que menos, que darle la razón se la quito. Odio las despedidas montadas en un adiós, las miradas que desprecian, y sobre todo, me odio a mí misma por estar así, sobre una cuerda floja hecha de pita a punto de caer, pero bueno, me dicen que no llore, que no merece la pena, y empiezo a darles la razón. Que si me hundo, soy yo la que sufre, y hoy me he cansado de eso. Me he cansado.


Dicen que los trenes, nunca pasan dos veces, que cuando se cierra una puerta otra ventana se abrirá. Que los cuentos, sueños son, que si las miradas matasen, habría lista de espera en el cementerio. 

Que cada siete segundos una pareja de todo el mundo fracasa, que las miradas se valoran más que las palabras. Que los supuestos regresos, nunca salen como uno quiere y que la frase -si te vas no vuelvas- me persigue. Que escucho esa canción y me obliga cada vez a recordarte, me hundo sí, me hundo con tus palabras.

 Este valiente corazón se está pegando una sobredosis de cobardía, y qué menos, que darle la razón se la quito. Odio las despedidas montadas en un adiós, las miradas que desprecian, y sobre todo, me odio a mí misma por estar así, sobre una cuerda floja hecha de pita a punto de caer, pero bueno, me dicen que no llore, que no merece la pena, y empiezo a darles la razón. Que si me hundo, soy yo la que sufre, y hoy me he cansado de eso. Me he cansado.


Dicen que los trenes, nunca pasan dos veces, que cuando se cierra una puerta otra ventana se abrirá. Que los cuentos, sueños son, que si las miradas matasen, habría lista de espera en el cementerio.   Que cada siete segundos una pareja de todo el mundo fracasa, que las miradas se valoran más que las palabras. Que los supuestos regresos, nunca salen como uno quiere y que la frase -si te vas no vuelvas- me persigue. Que escucho esa canción y me obliga cada vez a recordarte, me hundo sí, me hundo con tus palabras.   Este valiente corazón se está pegando una sobredosis de cobardía, y que menos, que darle la razón se la quito. Odio las despedidas montadas en un adiós, las miradas que desprecian, y sobre todo, me odio a mí misma por estar así, sobre una cuerda floja hecha de pita a punto de caer, pero bueno, me dicen que no llore, que no merece la pena, y empiezo a darles la razón. Que si me hundo, soy yo la que sufre, y hoy me he cansado de eso. Me he cansado.

2 comentarios:

  1. Sufrir es tan humano que no es malo hacerlo, llorar muchas veces es necesario. Pero no hacer de ello un día a día. Que seguro eres más guapa sonriendo.

    Besos dulce para ti.

    ResponderEliminar