Estoy bien, hasta que llega la noche. Me quito la pintura de la cara, y la sonrisa que llevaba puesta, la guardo. Es el momento de pensar. De recostarme en la cama, y quedarme mirando al techo.
Se me pasan tantas cosas por la cabeza. Muchas, entre ellas, por qué eres así conmigo, por qué la vida me trata de esta manera e incluso pienso, si lo nuestro algún día acabará.
Algunas veces, me pican los ojos, y hasta que no suelto las lágrimas que no quiero que caigan, no me paran de picar. Pienso muchas cosas. Hasta que al fin me quedo dormida entre pensamientos y sueños.
Al día siguiente, me levanto me pinto la cara, sacó la sonrisa que había guardado y me la pongo. Un día nuevo tiene que comenzar.
¡Claro que sí! un día nuevo tiene que comenzar, y ver la vida desde el lado positivo, estirando las sonrisas, y dejar la mirada oscura de lado.
ResponderEliminarUn beso.