Presumimos a veces de sinceridad y de no callarnos ninguna... Pero no siempre es lo adecuado, a veces simplemente, no sabemos escuchar, otras... no interpretamos la voz del silencio interior. Muchas veces basta una mirada. Una mirada sostenida. Los ojos fijos en los ojos del otro, tratando de adivinar el significado de los brillos. De leer el futuro inmediato en el fondo de la pupila....
A veces quieres decir muchas cosas, pero no te inquietes, no te apresures, aguántate las ganas. Aprieta los labios, permite que las ideas circulen lentamente déjalas reposar, que se queden adentro, mientras se alarga el espacio entre las preguntas y las respuestas.
Deja que los músculos se dibujen en el rostro. Espera una señal, fuerza la respiración. Piensa en lo que el otro piensa. Analiza, reflexiona, espera. "Somos prisioneros de nuestros pensamientos y esclavos de nuestras palabras."
Yo no engaño ni prometo, solo digo lo que siento, palabras llenas de amor para vivirlas en soledad.
ResponderEliminarY yo en la mia
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