Espero de mis amigos más sinceridad, si algo les molesta que me lo digan y no se lo guarden. Que dejen de creerse el ombligo del mundo y miren a su alrededor, y los que se creen sabrosos que Dios me dé la fuerza para no voltear-les la cara cuando digan estupideces.
Espero no ser paño de lágrimas de todos mis amigos y amigas, y que por una vez en la vida me paren bolas a mí.
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