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Este odio venía tan lleno de amor, que me resultaba insoportable.
Una mañana desperté odiándote, pero no era un odio como cualquier otro, como el que se siente con la traición, este odio venía tan lleno de amor, que me resultaba insoportable. Entre mis lágrimas, supe que no debía lamentarme, mucho menos reprochar y decir la conocida frase: "Creí que me querías”, ya no serviría para nada.
Quiero aprender a ser una piedra, a dejar de sentir, a tener un radar que me diga /este no/ te traicionara.
Llamenlo egoísmo, schizophrenia o lo que se les antoje. Yo soy una persona y también siento, siento como todos ustedes aunque lo anden cubriendo con su orgullo. A mi también me duele que al parecer nadie te diga las cosas de verdad, y te creen expectativas que derrumbaban con una sola frase.
A mi igual me da celos saber que no soy la única, que por mas que trate entrar en la vida de alguien nunca logro abrir por completo la puerta, y con el tiempo se entrecierra y me desmotivo a abrirla, o intentarlo siquiera. Siempre dije que intentarlo lo era todo, pero yo me canso, me pesa el sentir.
Me enferma saber que hay gente que me supera en cualquier ámbito y que con cualquier acto pueden hacer de mi mayor gracia, un simple detalle. Odio saber que soy tan influenciable como usable, que todos no sienten ni el mas mínimo remordimiento en pisotearme y culparme de sus desgracias. Quiero aprender a ser una piedra, a dejar de sentir, a tener un radar que me diga "este no, te traicionara".
Quiero que la velocidad del viento se lleve lo malo de mi, que las hojas del otoño al caer me hagan sentir bien conmigo misma. Quiero gritarle a todos lo que mi garganta anudo dentro, y que ahora me esta asfixiando hasta ahogarme. Quiero acariciarme la cara y sentir consuelo, sin necesidad de recordarme que me tengo solo a mi misma.
Quiero mirar a la gente y decirme que son hermosas, por dentro y por fuera. Quiero estabilidad emocional, quiero creer que significo algo para alguien, pero de verdad, no pura boca. No se si sentir bronca, pena, rabia o qué.... solo se que el pecho se me aprieta y el corazón me duele.
¡Sólo cerrando puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.!
Cuando me parece que todo se vuelve en contra, cuando todas las puertas parece que se cierran, automáticamente me viene a la cabeza la frase "¿Dónde está la ventana?" y comienzo a buscar. ¡Sólo cerrando puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.!
Eso de que al final te acostumbras es pura patraña.
Pero no se ha acostumbrado a todo. Hace dos semanas dicen que gritó ante las estrellas del cielo rotundo que seguiría la bonita costumbre de permanecer enamorada del amor y de la sonrisa eterna. Lo prometió el día que llorando por dentro se dio cuenta que eso de que al final te acostumbras es pura patraña.
¡El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado; a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado; a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado!
sepamos cómo estar agradecidos
por ese regalo.
Algunas veces, sucede que Dios escoge a una persona, para que sin saberlo pueda ayudar a otra; haciendo las veces de un Ángel, que ilumina las tinieblas por las que estás transitando. Recuerda que por muy larga y oscura que sea una noche... siempre vendrá un hermoso y brillante amanecer.
¡El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado; a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado; a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado!; y a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.
¿Quieres ser feliz un momento? Véngate. ¿Quieres ser feliz siempre? Perdona.
Así somos. Cuando alguien nos ha defraudado, herido o traicionado, pensamos que tenemos que hacérselo pagar. Creemos que así haremos justicia. Consideramos inaceptable lo que ha hecho y esa rabia nos mantiene atados a la situación y a la persona que nos ofendió. En vez de perdonarla y soltarla, nos atamos más a ella, nutriendo el resentimiento. Y al hacerlo, somos injustos con nosotros mismos: nos mantenemos en el infierno de nuestro fuego interior.
El odio afecta a nuestra salud, envenena nuestro corazón, mata nuestra paz interior, nos seca de amor y felicidad. El odio es una emoción “incendiaria”, destruye la concentración y mata la capacidad de actuar con dignidad y excelencia.
A veces llegamos a odiar hasta el viento que nos despeina el cabello.
El tiempo pasa, y mientras tanto vivimos con sufrimientos a causa del amor, del desamor, de las infidelidades y traiciones que nos hacen vivir con amargura en los labios.
A veces llegamos a odiar hasta el viento que nos despeina el cabello porque vivimos una constante inseguridad ante la vida, y desconfiamos de todas las cosas que giran a nuestro alrededor a veces actuamos mal, y hacemos daño a quien menos se lo merece.
Lo que mas duele no es el golpe, si no quien te lo da.
Dicen que todos los días se aprende algo nuevo. Hoy aprendí que: las cosas funcionan de manera extraña. Después de mucho tiempo aprendí que hay cosas que es mejor no aprender.
Aprendí que la gente tiene un serio y gran problema para ser sincera, y que cuando te quieren “joder la vida” usan los recursos más bajos. Con el paso del tiempo te das cuenta que no todas las sonrisas son de verdad ni todos los te quiero son sinceros.
Que lo que duele no son las mentiras que dicen, si no las verdades que se callan. Que lo que mas duele no es el golpe, sino quien te lo da.
Que lo que duele no son las mentiras que dicen, si no las verdades que se callan. Que lo que mas duele no es el golpe, sino quien te lo da.
Aprendí que los mejores momentos se componen de pequeñas cosas. Que no es oro todo lo que reluce y que quien avisa no es traidor. Que es mejor tener 4 amigos verdaderos, que a tener 50 amigos falsos. Que el amor puede ser muy bonito pero a la vez muy traicionero.
Aprendí que aunque nuestros pensamientos se ocupen del pasado o del futuro, la respiración siempre está en el presente. Si no, no estaríamos vivos. ¡Aprendí que "El tiempo todo lo cura".!
Espero no ser paño de lágrimas de todos mis amigos.
Espero de mis amigos más sinceridad, si algo les molesta que me lo digan y no se lo guarden. Que dejen de creerse el ombligo del mundo y miren a su alrededor, y los que se creen sabrosos que Dios me dé la fuerza para no voltear-les la cara cuando digan estupideces.
Espero no ser paño de lágrimas de todos mis amigos y amigas, y que por una vez en la vida me paren bolas a mí.
El odio afecta a nuestra salud, envenena nuestro corazón.
El odio afecta a nuestra salud, envenena nuestro corazón, mata nuestra paz interior, nos seca de amor y felicidad.
El odio es una emoción “incendiaria”, destruye la concentración y mata la capacidad de actuar con dignidad y excelencia.
¿Te arriesgarías a parecer un tonto por amor?
Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a nuevos dolores. Quiero saber si puedes vivir con el dolor, con el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuar-lo ni de remediarlo. Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí y dejar que el éxtasis te penetre hasta la punta de los pies y las manos, sin que tu prudencia nos llame a ser cuidadosos, a ser realistas, a recordar las limitaciones propias de nuestra condición humana. No me interesa saber si lo que me cuentas es cierto.
Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para ser fiel a ti mismo; si podrías soportar la acusación de traición o de traicionar tu propia alma. Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no sea agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia. Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del algo gritarle a la plateada forma de luna llena: "Sí !" No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes.
Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de aflicción y desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos. No me interesa saber a quién conoces ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego y revivirás. No me interesa saber, ni dónde ni cómo, ni con quién estudiaste.
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