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He comprendido que para amar a otro, antes tenía que amarme a mi misma.
He comprendido que para amar a otro, antes tenía que amarme a mi misma. No obstante, persiste la idea de que amarse a uno mismo
es un sentimiento egocéntrico, infantil, destructivo... pero la lógica nos dice que sólo podemos ofrecer lo que poseemos y que lo máximo que poseemos es nuestra capacidad de dar...
Cuando me refiero al amor, me refiero a ese amor que nada tiene que ver con lo carnal, me refiero a un amor espiritual, incondicional... sin esperar nada a cambio...
Esto no significa tener que hacer balance de quién hizo qué y quién hizo más. Habrá ocasiones en que daremos más de lo que nos dan, pero habrá momentos en que necesitaremos y recibiremos más de lo que nosotros somos capaces de dar.
Contar los tantos implica una competición deportiva, no una mutua relación de apoyo. El verdadero amor requiere dar a la otra persona sin pensar quién se queda la mejor parte.
Aunque se te rompa el corazón, donde no eres feliz debes marcharte.
No estoy traumada, ni creo que “el tren se me va”.
Ser soltera no me hace menos persona, ni menos feliz ni menos segura de las grandes cosas que puedo lograr. No necesito a una pareja para ser feliz.
No le tengo miedo al amor, no odio a los hombres, no estoy traumada, ni creo que “el tren se me va”. Soltera, casada, viuda, comprometida, Todo vale si te hace feliz.
Mi vida no gira entorno a otra persona, yo soy mi propio sol y no necesito brillar para nadie más que para mí.
Si alguien me gusta más que tú, esa soy yo.
Tranquilo amor, sabes que aparento ser más fuerte de lo que en realidad soy, no derramaré una lágrima frente a ti, ni diré que me duelen tus palabras, ni tu nueva conquista, más bien te alentaré a seguir adelante, descubriendo todas esas cosas buenas que te presenta esta oportunidad.
Sabes dentro de todo este mar de sentimientos que me afligen, también hay un poco de alegría, porque me doy cuenta (y ya era hora) que no soy la clase de mujer que te gustan. Yo soy de la clase de mujer 'normal' de esas que pasan desapercibidas si las vez en la calle.
No me visto con esa ropa sexy que suelen llevar tus acompañantes, tampoco se me da lo de hablar de pinturas de uñas y maquillaje, ni lo que esta de moda.
Por eso es bueno agradecerte que hoy rompas todas las ilusiones que alguna vez puede crear entre nosotros, porque nunca voy a ser la chica de tus sueños (qué bueno). Me faltan muchos atributos físicos para eso.
A tu nueva chica y a mí nos separan miles de kilómetros y no solo de distancia, yo nunca trataría de ser como ella para gustarte, pues iría contra todos mis principios y mi desenfadada forma de ser.
Sabes si alguien me gusta más que tú, esa soy yo… por eso te agradezco.
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