Seguidores

Visitor

4113483
Mostrando entradas con la etiqueta Momentos de la vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Momentos de la vida. Mostrar todas las entradas

Voy a seguir dando batalla. Hay miles de problemas más graves que los míos.

  
-  Hoy es de esos días en que la vida te sacude. Donde la razón se mezcla con los sentimientos y no hay lugar para caer. He estado todo el año cayéndome y levantándome a cada ratos.   Soy frágil. Tengo dudas. Apuesto a la vida y subo los peldaños con una enorme mochila a cuestas. A veces me siento una niña desprotegida buscando caricias sinceras y compañías silenciosas.     Tengo las ganas de disfrutar la vida y disfrazarme de doctora o científica para encontrar la cura para estos trastornos de memoria. No puedo pero lo intento.    Soy la que se hastía y evade... Soy una madre que le pone el pecho a las balas de la vida y hago lo imposible por estar bien... Soy una persona con debilidades y fortalezas, pero que se siente sola...     Voy a seguir dando batalla. Hay miles de problemas más graves que los míos. Y cada uno lo lleva la carga como puede. Voy a seguir peleando. La vida es vida con todo lo que implica.  - Pensamientos de soledad, Sentimientos, Momentos de la vida, Frases, Frases para reflexionar, Dudas, Memoria, Decisiones, Silencio,


Hoy es de esos días en que la vida te sacude. Donde la razón se mezcla con los sentimientos y no hay lugar para caer. He estado todo el año cayéndome y levantándome a cada ratos.

 Soy frágil. Tengo dudas. Apuesto a la vida y subo los peldaños con una enorme mochila a cuestas. A veces me siento una niña desprotegida buscando caricias sinceras y compañías silenciosas. 

  Tengo las ganas de disfrutar la vida y disfrazarme de doctora o científica para encontrar la cura para estos trastornos de memoria. No puedo pero lo intento.

  Soy la que se hastía y evade... Soy una madre que le pone el pecho a las balas de la vida y hago lo imposible por estar bien... Soy una persona con debilidades y fortalezas, pero que se siente sola... 

  Voy a seguir dando batalla. Hay miles de problemas más graves que los míos. Y cada uno lo lleva la carga como puede. Voy a seguir peleando. La vida es vida con todo lo que implica. 

La vida es como una serie de Netflix, solo que con 80 ó 90 temporadas. La gente va y viene según las temporadas.

Reflexiones de la vida, Momentos de la vida, Aburrimiento, sonrisas, Llorar, Frases Bonitas Para Compartir, Humor,

 La vida es como una serie de Netflix, solo que con 80 ó 90 temporadas. La gente va y viene según las temporadas. Hay veces que quizás el creador considera que la serie se está volviendo monótona o aburrida y le da un giro de 180º. Por eso es que en la vida no puede ir siempre todo bien, porque sino... pierde audiencia. 
 El protagonista tiene que reír, pero también llorar, enamorarse, pero también que le rompan el corazón. Y la gente irá y vendrá como esos personajes de ciencia ficción. Y algunas temporadas serán mejor que otras. Así de simple y complicada es esta vida.

Nunca nos dijimos para siempre, pero tampoco hasta nunca.

desilusión, Juramentos, Promesas, Amor, Miradas, Momentos de la vida, Decepciones de la vida,
Nunca fuimos de esos que hacen las cosas como se han de hacer. Nunca fuimos juntos de viaje. Nunca fuimos juntos a lavar el coche. Nunca estuvimos juntos en ninguna boda. Nunca nos dijimos “para siempre”, pero tampoco “hasta nunca”.
Yo siempre fui tu puerta abierta. Tu vida y tus arrugas de expresión. Tú fuiste mi último primer amor. Mi cara más bonita sin enojarse. Mi precipicio emocional.
Pero no recordemos nuestras carencias. No hagas que piense de nuevo en las vidas que podría haber vivido mientras esperaba a que la tuya arrancara. No me mires como lo haces, como si estuvieras delante mío ahora. Y no, tampoco me toques la mejilla como si fuera de cristal. Te aseguro que si no me había decepcionado ya, ahora es el momento.

Eran muy pesados mis zapatos pero me dolía más el corazón que la planta de los pies.

Distancia, Sentimientos del alma, Decepciones de la vida, Momentos de la vida, Instantes,
Cada día esperaba su llegada. Desde que entró en mi vida volví a morderme las uñas. Fue casi sin darme cuenta y no sabría decir cuándo ni por qué fue, pero de nuevo había caído en esa pequeña adicción. Y así, acompañada tan solo por el sonido de mis uñas entre los dientes, esperaba que pasaran los segundos sentada en el viejo banco de la estación del tren. No era una chica de arreglarme, más bien se podría decir que soy un poco desastre.

De manera que no me moví del banco en el que estaba. Sólo mis resentidas uñas podían saber cómo me encontraba en realidad. El sol se ocultó tras la estación del tren. Fue entonces, y sólo entonces cuando asumí la realidad; él no vendría.

Decepcionada y con la cabeza baja dirigí mis pasos hacia la puerta de salida. Cuando llegué a la estación me di cuenta que eran muy pesados mis zapatos pero me dolía más el corazón que la planta de los pies. Casi podía notar cómo el corazón me sangraba, y tan distraída estaba en eso que no me percaté de que alguien me seguía.

En la distancia había quien seguía cada uno de mis pasos, quien controlaba mis movimientos. Poco a poco fue ganando terreno, aproximándose a mí hasta casi poder tocarme. Si alargaba el brazo podría acariciarme, si yo frenase en seco no podría evitar el choque.

 Así me siguió durante un par de minutos hasta que no pudo contenerse más. Entonces se aproximó lentamente aprovechando que tuve que parar. Despacio, acercó sus labios a mi cuello. Al notarlo mi piel comenzó a levantarse inmediatamente.

Por un momento no supe si tenía que gritar, correr o dejarme llevar; fuera lo que fuese me tenía completamente paralizado el cuerpo sin poder reaccionar. Y del cuello a la oreja. Ahí dejó descansar sus labios y pronunció unas palabras. Tú también te mereces una sorpresa alguna vez, ¿no? Apenas podía creérmelo… era él! A quien había estado esperando en la estación!.

Nunca había esperado tanto algo como aquella vez, ese instante, esa voz y ese dulce tacto que me llegaba hasta el corazón. Después de unos segundo que me parecieron eternos, conseguí girarme y quedarme frente a él. Quién sabe, quizás todo fue mi imaginación o las ganas tan grandes que yo tenia de verle.