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Perdonar es limpiar los desechos que otra persona dejo en nosotros.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se le puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. _Tú sabes como te digo que te quiero cuando digo: -"qué calor hace", -"dame agua", -"¿sabes manejar?", -"se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tu quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar aun panteón.
Titulo: Espero curarme de ti
Autor: Jaime Sabines
Autor: Jaime Sabines
No me iré muy lejos, por si un día, te da por aparecer...
Las arrugas no solo aparecen en la piel de las personas. Todo acaba arrugándose. Los recuerdos, las letras de canciones, los papeles en los que escribías aquellos versos, las sábanas donde un día compartimos más que un sueño y un abrazo. Se arrugan y se secan como hojas de el otoño.
El otoño ya mismo volverá y con él la nostalgia y los días más tristes y largos. Los días con ese sabor a frío y helado que trae el invierno. Y será entonces cuando de nuevo recuerdes el calor que desprendía su corazón al latir cerca del tuyo.
El otoño ya mismo volverá y con él la nostalgia y los días más tristes y largos. Los días con ese sabor a frío y helado que trae el invierno. Y será entonces cuando de nuevo recuerdes el calor que desprendía su corazón al latir cerca del tuyo.
Esperaré paciente. No sé cuánto tardará en pasar el tiempo, pero no creo que los días duren más de 24 horas. Mientras, seguiré viviendo un verano especial. Un verano cualquiera de cualquier año.
Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo. A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo.
Pero no me preocupo por esas cosa mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estómago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer algunas "cositas" de más.
Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores. He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo
¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quién sabe qué hora?
-Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido. ¡Lo haré! Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini.
-Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido. ¡Lo haré! Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini.
Ellas también se harán viejas, si tienen suerte. Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto.
Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir: -¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-. Se que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón.
No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto se lo dejo a Dios.
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