Una vez le preguntaron a un fotógrafo de guerra por qué había elegido esa profesión, el contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos. Que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror, y de heroísmo estaba mas allá de las palabras. Yo también lo creo.
Hay cosas que no podemos explicar con simples palabras. Cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso, o sensaciones, como volver a abrazar a un amigo. Quizá por eso nuestra vida se compone en imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre.
De decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas. De fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir. Aunque mucha parte del tiempo nos la pasemos llorando.