Seguidores

Visitor

Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.

Amor en la vejez, Dios, El amor después de los 40, Tiempo,


¿Qué se siente al ser vieja? El otro día, una persona joven me preguntó: -¿Qué sentía al ser vieja? 

 Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo. A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo.

 Pero no me preocupo por esas cosa mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estómago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer algunas "cositas" de más.

 Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores. He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo

 ¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quién sabe qué hora?
-Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido. ¡Lo haré! Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini. 

 Ellas también se harán viejas, si tienen suerte. Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto. 

 Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.

  Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir: -¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-. Se que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón. 

 No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto se lo dejo a Dios.

Hace mucho que te quería escribir esta carta para preguntarte por que te has perdido, si te han enviado mal mi dirección o si simplemente no te apetecido aparecer todavía.

Cartas de Amor, Felicidad, Escribir, Momentos de la vida, Ausencia, Años, Alcohol, Amor Incondicional, Frases de Besos,


15 de Octubre del 2015

Querida Felicidad:

             Hace mucho que te quería escribir esta carta para preguntarte por que te has perdido, si te han enviado mal mi dirección o si simplemente no te apetecido aparecer todavía. No quiero ponerte prisa, se que tengo todavía algunos años por delante, pero disfrutaría de ellos mejor si estuvieses tú. 
          Alguna vez me ha parecido verte, en algún momento en el que había tomado algunas copas de más. También quería preguntarte si cuando vengas te podías traer una temporada a tu amigo el amor, no me vendría nada mal. Bueno no te molestare mucho más. Un beso, 

                                                Una gran admiradora tuya,
                                                                             La Soledad

Aún no encuentro la razón principal que me sostenga cada día, aquella que llene por completo mi corazón con un suspiro.


Frio, Olvido, Recuerdo, Suspiro, Labios, Ausencia, Noches Tristes, Corazón roto, Sentimientos de Vacío,

No quería olvidar. Sí, las cosas habían cambiado con el tiempo, pero ese trozo de historia inconclusa marcó toda su vida. Tenía los labios rotos, impregnados de frío ausente. Cada noche debía acostarse sola en la cama que antes compartían. 

Abrazaba su almohada, y se aferraba a su recuerdo. Aún no encuentro la razón principal que me sostenga cada día, aquella que llene por completo mi corazón con un suspiro.