Jurar nunca deberíamos. Muchas veces juré no volver y volví, muchas veces juré no irme y me fui, juré amar para toda la vida y olvide. Juré no volver a perdonar pero mentí, perdoné varias veces. Juré no volver a enamorarme y me volvió a pasar.
Y yo juré no volver a llorar y seguí llorando. Nunca le prometí a nadie un mundo, ni un hijo, ni una vida eterna y ser feliz a su lado. Tampoco he prometido nunca más de cuatro besos y dos medios abrazos.
Si no lo he hecho, quizás sea porque nunca nadie se lo haya merecido. O no, quizás sea yo soy la que no se lo merece. Las promesas significan todo, pero cuando no se cumplen las disculpas no significan nada.
las promesas así como la vida se las lleva el tiempo.................el me prometió quedarse para toda la vida y se fue................muy buenas reflexiones, saludos
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