Aprendí que la vida y el amor van de la mano sin amor no hay vida y sin vida no hay amor. La realidad es que hay que vivir amando y hay que amar viviendo cada segundo de nuestras vida. Aprendí que no aceptar una parte de tu pasado es no aceptar tu presente.
Somos lo que somos gracias a lo que hemos sido y experimentado, incluso nuestros errores! Aprendí que una verdad puede dolerte y hacerte llorar unos cuantos días, pero que ¡una mentira te marca para siempre.!