Mi consejo amigas(o): Se tu siempre sin importar que los demás piensen sobre ti, haz el bien siempre y no intentes complacer a todo el mundo por aceptación porque por cada uno que te critique, habrá diez que en silencio crecen con tu ejemplo, y tu coraje los impulsará a buscar en sí mismos la fuerza que tú tienes. "Nada te puede traer paz más que tú mismo."
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Se tu siempre, sin importar que los demás, piensen sobre ti.
Dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.
Cuando algo sucede en nuestras vidas que encontramos difícil de aceptar, tenemos que decidir si hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas. Si lo hay, debemos hacer los que podamos para que todo esté de nuevo bien.
Pero si hemos hecho todo lo posible, y en nuestro corazón sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.
Después de haber repasado los "qué hubiera pasado si" y los "por qué", quizás aprendamos una lección valiosa. Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia.
Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pudo haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.
Tengo que aprender: Que no todos los cuentos tienen final feliz, que a la princesa le duelen los pies cuando son las 5 de la mañana, que las palabras se las lleva el viento y que no siempre estarán todos los que quieres.
Tengo que aprender: Que conseguir la paz mundial es difícil, aunque la gente lo intenta. Que en esta vida no siempre hay que ser bueno, que los besos con sabor a chocolate sabe mejor y que las cosas que más quieres siempre serán las que están prohibidas.
Tengo que aprender: Que ser caprichosa de vez en cuando molesta. Que el pelo también luce bien cuando está despeinado y la ropa no se ve fea arrugada. Y sobre todo, tengo que aprender que lo mejor de caerse, es levantarse al ritmo de la música de la vida.
En la vida hay tiempo para todo. Un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir.
Todo tiene su tiempo.
Eclesiastés 3.
Las palabras duelen, más que puñaladas, más que piquetes de alacranes.
Yo ya no quiero palabras, no quiero un “TE AMO” no quiero un “TE QUIERO” no quiero promesas, no quiero sueños, no quiero ilusiones, sólo quiero paz, tranquilidad, serenidad.
Ojala hubieras sido mi caballero andante que se aventura y enfrenta toda clase de peligros para salvar a su princesa, pero no, debió ser por que yo no soy una princesa.
Las palabras duelen, más que puñaladas, más que piquetes de alacranes, más que la mordedura de una serpiente, más que la muerte, más que la tortura más cruel, ya no quiero palabras, les temo, ya no quiero promesas.
La felicidad es lo que soy, una mujer que se ríe de su mala suerte.
Mi propia percepción de la felicidad, ser libre, no estar atada a nada, hacer lo que hago por convicción, porque quiero hacerlo, porque me gusta hacerlo, que nadie me grite, que nadie me humille, tener voluntad propia, tener paz, poder ver mi miseria con tranquilidad, con una conciencia limpia, con serenidad.
La felicidad es lo que soy, una mujer que se ríe de su mala suerte, que tiene un humor negro y un sarcasmo enorme, que prefiere reírse de si mima que lamentarse de su mala estrella, que prefiere luchar que sentarse a llorar, que disfruta de cada día que respira, que se alimenta de la ilusión de algún día morir en paz.
Lucho por olvidar el pasado, pero es difícil porque hay cosas que te desgarran el alma.
He perdonado a todos de corazón, a pesar del daño que me han hecho yo no soy nadie para juzgar, se que la vida se cobra todo tarde o temprano y por eso le pido a Dios que esas personas que me causaron dolor y amargura no pasen por momentos malos y es que si algo les pasa yo me sentiré mal, se que Dios me entiende, no soy buena, solo no se odiar, no soy perfecta, pero no se guardar rencor, no soy nadie para desear un mal.
¿Qué sucederá? no lo se, pero espero que por una vez en la vida las cosas mejoren, quiero olvidar, quiero empezar de cero, dejar todo lo malo y ser solo yo misma, eso no puede cambiar, quiero conservar lo bueno y desechar lo malo, quiero vivir los últimos días de mi vida con paz. Siempre voy a sonreír aunque se me rompa el alma.
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