No los llamo, no los quiero, solo espero en silencio.
Te llamo pero no me escuchas, te grito pero no me oyes,
Te escribo y no lees las letras que escribí por ti aquella noche.
Me tiemblan las manos, las piernas, me siento perdida y ajena,
Te nombro aunque no se tu nombre, no reconozco tu rostro como aquella noche.
Silencio espacios ausentes, te mire tanta veces,
perdí tu nombre en aquel recuerdo que no era nuestro.
Palabras gastadas que no me pertenecen, silencios, y nadas me alejan de noche.
No te abrace tanto como he querido, me alejo la duda y me callo.
Silencios de besos que se fueron yendo, de abrazos que parten con algún pretexto,
te deje las letras un espacio en blanco una luz a medias y este triste llanto.
Me miraste triste, me dejaste sola, te volviste gris, con frío en mis manos,
una y otra lágrima y estoy llorando.
Me miras en silencio, me siento pequeña, no consigo hablar y eso me sofoca,
Me quejo de todo, todo me molesta, vestigios de fantasmas que dejas tan cerca,
las dudas los miedos me acosas, me gritas, me dejas perpleja.
Me hablan de confianza, de ser sincera, si digo que siento,
Ya no hablamos como amigos, me enojo te enojas y nada es la respuesta.
Silencio en mi alma el corazón no habla, y empieza el proceso del alma que añora.
Palabras de aire, y siento que preciso mi espacio mi tiempo, y ya no tiemblo tanto, tengo tanto frío, me acosa, me agota y siento que nada es como he querido.
No soy víctima ni héroe, no soy maestra ni alumna, no soy verdad o mentira,
solo soy una humana con buenos y malos días, no me perteneces, no te pertenezco,
no hay fórmulas mágicas, ni cuentos en rosas como en otros tiempos.
Te miro en silencio no tienes rostro ni nombre, no tienes tonos más que grises,
no tienes respuestas solo dudas, no tienes halagos sino esa mirada perdida,
me alejo de tus silencios que ahogan, me alejo de las conversaciones que nunca llegaron.
El espacio en blanco se llena de las letras que tanto preciso como el aire mismo,
te miro sonrío, te miro y te alejas, miro al cielo y me pregunto quien es para mí la fortaleza,
de esta alma que no quiere perderse en medio de tanta grandeza.
Hago silencio sin dudas, sin temores, confiando una vez mas, me pregunto si lo AMO,
y sonrío sin pensar, con o sin tristezas, con buenos y malos días, sin recetas mágicas,
Solo amando como ley fundamental, pero amando sin ser amada.