Me colgué un cartel en el pecho que decía: Se busca corazón ❤ dispuesto a romperse con el mío y aprenda a querer sobre los cristales.
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Te enseñe como mirar con los ojos del corazón para que pudieras distinguir entre el bien y el mal.
Te escribo estas líneas porque nunca había sentido esta clase de amor. Eres mi mitad y mi corazón te pertenece para siempre. Así es el amor de madre, pues más allá de todas las circunstancias nunca estaré sola, pues tendré tu compañía.
Te enseñé muchas cosas de la vida, pero tú también me enseñaste a ser mama. Hoy recuerdo cuando por fin estabas en mis brazos, mi corazón se desbordó de amor. Prometí cuidarte y defenderte con mi vida si era necesario.
Reía con tus cosas graciosas. Cuando mi mundo se caía te abrazaba con mucha fuerza para sentirte cerca de mí. Te enseñe como mirar con los ojos del corazón para que pudieras distinguir entre el bien y el mal.
Quiero que seas mi orgullo, pronto te irás y tendrás tu propia vida, mientras tanto, déjame abrazarte y amarte como a nada en el mundo…
Hija mía, sólo te pido que cuando no me tengas, seas leal a tus principios, nunca te alejes del conocimiento que te he dado, respeta a todos aunque no estés de acuerdo, tú sabrás lo que es bueno y malo para tu vida, sé buena, haz que me sienta orgullosa de ser tu madre, por mi parte yo lo estoy desde antes que nacieras.
Te amo.
No me iré muy lejos, por si un día, te da por aparecer...
Las arrugas no solo aparecen en la piel de las personas. Todo acaba arrugándose. Los recuerdos, las letras de canciones, los papeles en los que escribías aquellos versos, las sábanas donde un día compartimos más que un sueño y un abrazo. Se arrugan y se secan como hojas de el otoño.
El otoño ya mismo volverá y con él la nostalgia y los días más tristes y largos. Los días con ese sabor a frío y helado que trae el invierno. Y será entonces cuando de nuevo recuerdes el calor que desprendía su corazón al latir cerca del tuyo.
El otoño ya mismo volverá y con él la nostalgia y los días más tristes y largos. Los días con ese sabor a frío y helado que trae el invierno. Y será entonces cuando de nuevo recuerdes el calor que desprendía su corazón al latir cerca del tuyo.
Esperaré paciente. No sé cuánto tardará en pasar el tiempo, pero no creo que los días duren más de 24 horas. Mientras, seguiré viviendo un verano especial. Un verano cualquiera de cualquier año.
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