Aprendí que la memoria no se borra, se esconde, aprendí que el tiempo no cura pero ayuda a sanar, aprendí a no ser vulnerable cuando dejaste de llamar, y aprendí a escuchar cuando oí tu silencio.
Aprendí a pedir perdón cuando me di cuenta del error, aprendí a levantar la cabeza cuando sentí odio y aprendí a llorar cuando me di cuenta de que no valió la pena.
Aprendí a reír cuando soñé con tu sonrisa, aprendí a recordar cuando entendí que todo vale la pena, y aprendí que nada termina, que sólo cambia de forma; aprendí que se puede amar eternamente, aprendí que si compito contra el tiempo siempre pierdo.
Aprendí que nada es tan malo, ni tan bueno cómo parece, aprendí que hay que rodear y llegar al otro lado para darse cuenta de que siempre es lo mismo.
Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, y que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Aprendí que el amor no tiene la fuerza que imaginé, aprendí que nunca conocemos a una persona de verdad, y que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá.
¡Aprendí que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre" siempre termina.! ¡Aprendí que el que quiere puede y lo consigue!, aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada y aprendí que, a veces, perdiendo también se gana.