Voy a gritar, aunque tenga que pedir la voz prestada y lo haga en silencio. Voy a saborear el jugo de un coco aun sin abrir. Voy a darme la oportunidad de renunciar a bailar al son de esa música que no me gusta. Soy consciente de que algo perderé. Perderé mi título de princesa en el país de los adaptados, pero ganaré una vida, LA MÍA.
Y aunque quizás si hago todo eso, tendré que vivir la soledad en mi nuevo reino sin títulos ni reconocimientos, lo haré de la única forma que sé, con una sonrisa en los labios, aunque mis ojos lloren lágrimas de corazón destrozado.