Una delgada línea, casi imperceptible, y en ocasiones punzante y dolorosa, separa las decisiones por las que nos dejamos caer en la vida. Sin embargo; me asombra como algunas personas son capaces de vivir mucho tiempo, subidas en esa cuerda floja aguantando el equilibrio y sin tomar nunca partido por un lado u otro.
Personas que no se mojan. Ellas se consideran neutrales; no conflictivas, pero a esas yo las considero cobardes. Reconozco que yo soy un extremo opuesto, casi a punto radical, siempre digolo que pienso. Y a veces, creo que, debería aprender a ser más prudente, menos espontánea y ha guardarme mis opiniones...
Pero si eso ocurriese dejaría de ser yo.
“Quizás algunas de mis decisiones no son las más perfectas del mundo, pero las tomo Yo”. Y hoy decidí cruzar ese puente entre el dolor y la felicidad, quizás resbale en el camino pero lo voy a lograr.