Cada vez duermo más y sueño menos, cada vez la gente tiene menos ganas de comerse el mundo, y cada vez quiero rendirme antes. ¡Los años, los daños, ya no sé como llamarlo, afectan a todos! Pero yo intento ser más fuerte.
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¡Los años, los daños, ya no sé como llamarlo, afectan a todos...!
¡El mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo, te quiere veloz para recordar sólo el sonido de tus pasos y es por eso que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado aceleras.!
He aprendido una pequeña verdad: ¡El mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo, te quiere veloz para recordar sólo el sonido de tus pasos y es por eso que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado aceleras!
¡Para mi.. la suerte es haberte tenido, sentirte cerca, besarte, abrazarte, estar contigo y quererte cada día más y más. Te amo mi querido hijo.!
Para mi la suerte es otra cosa, es descubrir que no todo lo que me ocurre es malo, que las cosas suceden por algún motivo evidente y que te tengo conmigo.
También es darme cuenta que existe algo que me inspira y me alivia, algo con lo que me siento bien, feliz, algo que me hace ser yo misma y algo que me hace sentirlo todo con su amor a cambio.
Es saber que existe alguien por quien te levantas de la cama cada mañana por más que cueste… Alguien que te hace sentir que sólo importas tú y nadie más aunque haya millones de personas alrededor.
¡Para mi.. la suerte es haberte tenido, sentirte cerca, besarte, abrazarte, estar contigo y quererte cada día más y más. Te amo mi querido hijo.!
Me gustaría recuperar mi felicidad que hace días la vida me robo.
Me gustaría fingir por un momento que todo esta igual que hace dos semanas. Me gustaría saber que vas a volver, que vas a estar cuando llegue a casa. Me gustaría verte reír, joder y trabajar.
Me gustaría que todo lo que paso no sea más que una horrible pesadilla, levantarme, abrazarte y respirar tranquila. Me gustaría que la vida no se convierta en esto, que haya algo más.
Aunque el día de hoy sé que niego la existencia de las personas que escribieron ese Pasado en esas cartas, también sé que hubo un día en que esas personas eran diferentes, y era bonito.
Querido pasado,
Esta noche ha empezado como otra cualquiera. Planificando qué hacer, cómo distribuir el tiempo de la que es una bonita noche por delante para mí, pensando en cómo desarrollar mi Yo, en cosas sin más. Y pensando en cosas, he pensado que era un buen momento para desempolvar esa parte del armario que todos tenemos y que hace mucho tiempo que no nos atrevemos a tocar por miedo a lo que pueda haber ahí.
Además, que la parte de mi armario en cuestión es la más alejada, arriba al lado de la pared es decir, bastante intocable. El caso es que me he puesto a hurgar, teniendo suerte de ser de siempre bastante escrupulosa y esta ordenado. Lleno de polvo, pero ordenado. Sacando cosas y más cosas, he sacado triunfal una caja.
No es más grande que un cuaderno mediano de anillos. Y con querubines como decoración. Algo ñoños, con caras algunos a punto de disparar su flecha mortal, con cartas ✉ selladas en una mano otros. Lo primero que he pensado ha sido en contarlas. Y lo siguiente, en abrirla… claro. Al momento un olor a papel cerrado me ha golpeado. Y encuentro la caja llena. Hasta arriba de cartas.
Me ha sorprendido no haber reconocido antes esa caja. Pero ahí estaban. Todas las cartas de mi pasado. Perdón. Mi Pasado. Porque creo que no tengo en mi vocabulario una palabra con mayor propiedad que esa, Pasado. ¿Por qué? Muy simple, porque de él no queda hoy nada. Bueno, eso creía hasta esta noche.
Ahora tengo esta caja, y estas cartas. Muchos de esos pasados simplemente fueron disolviéndose, haciéndose difusos al principio para finalmente desaparecer. Otros están ahí, latentes pero tan lejanos que posiblemente no les reconocería hoy en día. Y luego está ese otro Pasado. El que hizo daño. El que dejó una herida que nunca va a cerrar y que sé que va a ser la causa de muchas de mis decisiones y actitudes.
Ese Pasado. El único que todas las mañanas me repito que no es pasado porque, simplemente, niego su existencia. Es un ejercicio duro, porque no todos los días bloqueas recuerdos. Y lo consigo. Y lo he conseguido. Lo sé porque esta noche ha sido cuando lo he comprobado. No he sentido nada. Ni rabia, ni pena, ni siquiera lo he echado de menos. Tan sólo lo he visto, y he sonreído. Porque ese pedacito es enteramente mío.
Y aunque el día de hoy sé que niego la existencia de las personas que escribieron ese pasado en esas cartas, también sé que hubo un día en que esas personas eran diferentes, éramos diferentes. Y era bonito.
Así que he tomado una decisión. Tras desempolvar las un poco, coger algunas que aún danzaban por otra caja que sí tengo localizada y reunirlas con sus hermanas, y mirarlas por última vez hasta la próxima vez, he cerrado cuidadosamente la tapa.
Tengo ganas de reírme de la tristeza. ←
Tengo ganas de gritar, de sacar a flote el alma desgarrada, de vaciar al corazón de los sentimientos profundos que solo causan dolor. Tengo ganas de ti, que aún sin conocerte mi alma te reclama, mis ojos buscan tu mirada, mi ser ya siente que te pertenece.
Tengo ganas de sentir, de que las palabras se expresen en miradas, de que las caricias sean tatuadas, tatuadas por siempre en lo profundo de mi alma y que al recordarlas las vuelva a vivir.
Tengo ganas de vivir, de que el amor me envuelva, de volver a reír, tengo ganas de creer que el amor es para siempre, de que tu estas en un lugar esperándome impacientemente.
¡Teatro!. ¡La vida es un puro teatro! Y lo malo es que a mi me ha tocado representar un aburridísimo papel en un malísimo y absurdo argumento.
Pues no, señores: ¡Teatro!. ¡La vida es un puro teatro! Y lo malo es que a mi me ha tocado representar un aburridísimo papel en un malísimo y absurdo argumento. Así que, como dijo un "no se quien" de esos hace unos cuantos siglos que " Errar es de humanos, pero insistir es de necios....." será mejor volver a replantearse la vida y cerrar puertas a los "intrusos". Al fin y al cabo, sola igual me veo y sufro menos. Mi soledad es la voz sin rumbo que clama inconsciente desde el silencio de mi consciencia.
Hoy vi..ese primer rayo que se adentró por la ventana.
Hoy vi…
una noche convertida en el día, un susurro que creció hasta convertirse
en el grito de reclamo que llamaba, a esas letras
que caminaron al regazo de los sueños que habitan tu almohada.
Hoy vi…
como la luz devolvía ese brillo que tu ser desprendía,
como los pasos no se borran en esa arena
que a veces fue tormenta y otras una plácida playa.
Hoy vi…
esa sonrisa que gana siempre a la magia de la media noche,
una estrella
que adorna el firmamento y sirve de dulce compañía a la luna.
Hoy vi…
como tus manos guardan esa huella invisible que dejaron las mías,
como
de tus labios nacían nuevos besos que entregar en la mañana.
Hoy vi…
el camino recorrido como un inmenso valle,
donde esta primavera crea versos entre las flores que con paciencia colorea.
Hoy vi…
como entre tu pelo el viento jugaba a esconderse,
enredando una y otra
vez hasta peinar esa trenza
y dejar allí oculto ese último segundo de un
beso.
Hoy vi…
el lugar donde guardas todas las caricias que fueron entregadas,
impregnadas del tacto de seda, del perfume fresco con la que las bañas.
Hoy vi…
como ni mi soledad importaba, como miles de mis anhelos se tornaron en
un ciclón,
y como en ti desembocaron para venir a mi vera de nuevo
y
entregarme un breve latido de tu corazón.
Hoy vi…
ese primer rayo que se adentró por la ventana
y que dibujó delicadamente nuestras siluetas bajo las sábanas.
Ojalá los malos recuerdos se desvanecieran tan fácilmente como las pompas de jabón.
!Que frase tan intensa!
Solo el que lo vive sabe lo que significa. Borrar la memoria y ponerla de colores rosa y quitar el negro no es tan fácil.. Ojalá los malos recuerdos - se desvanecieran tan fácilmente como las pompas de jabón.
Necesito olvidar. Para poder vivir este presente.
He mirado atrás tantas veces y odio ver en lo que me convertí.
Miro y me desprendo de mí misma para perdonar, ¿Qué más podría hacer?, sentir que quisiera ser un haz de luz y no tener pensamiento. He mirado atrás tantas veces y odio ver en lo que me convertí.
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