Creo que a veces es inevitable ser rencorosa porque cuando el corazón te queda herido, cuando algo te duele ahí adentro, cuando el recuerdo de eso que sucedió te molesta... se hace imposible hacer como que no pasó, sabemos que sucedió y nos daño hasta el punto de no poder dejarlo atrás inmediatamente, el rencor está intacto y solo depende de nosotros que siga ahí por siempre o que se vaya lo antes posible, en mi caso lo invito a retirarse porque sé que ese rencor me impedirá continuar tranquila con mi vida, mientras esté llena de rencor no podré dejar de mirar atrás, acepto que por un tiempo que conviva conmigo pero cuando junto fuerzas le abro la puerta y lo dejo salir porque juntos conviviendo jamás podré ser feliz.
Sé que aunque el rencor se vaya y ya no piense todo el tiempo en eso, habrá momentos que recordaré esa desilusión, esa mala experiencia, esa traición pero intentare con todas mis fuerzas que ese recuerdo no me dañe, que no regrese. Yo soy de las que piensan que nada se olvida, simplemente a veces hay cosas que no se recuerdan permanentemente, pero olvidar es casi imposible. La vida la forman tanto las experiencias agradables como las desagradables, las bondades como las maldiciones, lo bello con lo feo.