Me gusta la persona que es espiritual, con idealismo en los ojos y los pies en la realidad, la persona que ríe, llora, se emociona con una simple carta, una llamada, una canción suave, una buena película, un buen libro, un gesto de cariño, un abrazo. Las que aman y tiene nostalgias, que gusta de los amigos, que cultiva flores, que ama los animales, admira paisajes, la poesía y sabe escuchar.
Que tiene tiempo para sonreír, pedir perdón, repartir ternuras, compartir vivencias y tiene espacio para las emociones dentro de sí, emociones que fluyen naturalmente de adentro de su ser. La que ayuda, orienta, entiende, aconseja, busca la verdad y siempre quiere aprender, aunque sea de un niño, de un pobre, de un analfabeta.
Las de corazón desarmado, sin odio y pre-conceptos baratos, con mucho amor dentro de sí. La que se equivoca y lo reconoce, cae y se levanta, asimila los golpes, tomando lecciones de los errores y haciendo redimir sus lágrimas y sufrimientos. Me gusta mucho la gente así...