Hoy vi…
una noche convertida en el día, un susurro que creció hasta convertirse
en el grito de reclamo que llamaba, a esas letras
que caminaron al regazo de los sueños que habitan tu almohada.
Hoy vi…
como la luz devolvía ese brillo que tu ser desprendía,
como los pasos no se borran en esa arena
que a veces fue tormenta y otras una plácida playa.
Hoy vi…
esa sonrisa que gana siempre a la magia de la media noche,
una estrella
que adorna el firmamento y sirve de dulce compañía a la luna.
Hoy vi…
como tus manos guardan esa huella invisible que dejaron las mías,
como
de tus labios nacían nuevos besos que entregar en la mañana.
Hoy vi…
el camino recorrido como un inmenso valle,
donde esta primavera crea versos entre las flores que con paciencia colorea.
Hoy vi…
como entre tu pelo el viento jugaba a esconderse,
enredando una y otra
vez hasta peinar esa trenza
y dejar allí oculto ese último segundo de un
beso.
Hoy vi…
el lugar donde guardas todas las caricias que fueron entregadas,
impregnadas del tacto de seda, del perfume fresco con la que las bañas.
Hoy vi…
como ni mi soledad importaba, como miles de mis anhelos se tornaron en
un ciclón,
y como en ti desembocaron para venir a mi vera de nuevo
y
entregarme un breve latido de tu corazón.
Hoy vi…
ese primer rayo que se adentró por la ventana
y que dibujó delicadamente nuestras siluetas bajo las sábanas.