Cosas en la vida, que a veces parecen muchas vidas, cierro los ojos, y miro las huellas de la vida, alzo mi voz, cierro lo ojos, encuentro también el silencio pétreo, por el camino hay auroras que la temprana luz que del día desliza y atardeceres en el preámbulo de la noche cobijan, hay veredas de luz y ríos de sombras, llegadas y partidas.
Impulsivo, no pudo dejar de seguir al corazón, detrás de lo que siento, aunque al final lleve a mi vida a sentimientos encontrados; siempre hay días que intuyo: por venir, sin saber que traen si bien o si mal, cayendo sobre mi alma. Más dejarlos de vivir no puedo.
Me abrazo a la vida, sabiendo que traerá en ocasiones puntas de acero, otras dulces sentimientos, sin embargo, mi razón con razón, o sin razón, se deja llevar, y no pierde su andar, ese paso inquieto, esa huella continua, el correr por la vida, el sentir, con miedo, con amor, con pasión, con ansia, con ilusión, con deseo, ese paso perenne, que va marcando mi vida, ese paso que va haciendo camino, quizás un camino incierto pero al final mi Camino.
Seguir siguiendo al corazón y coquetear con la intuición, seguir creciendo y esquivando las rutinas. Seguir soñando en un rincón, seguir creyendo que hay un Dios que me endereza de un tirón la puntería. Siempre voy detrás de lo que siento, cada tanto muero y aquí estoy... -Autor: R.C. de Interés