¡Tengo una colección de decepciones. Grandes, pequeñas, previsibles, inesperadas... Pese a todo no las cambiaria por nada, cada una de ellas fue una lección que nunca repetí.! Poseo miles de promesas, y aunque nunca se cumplirán, jamás las devolvería a sus dueños.
Son esperanzas de algo mejor, y me recuerdan que un día lo fueron todo. Guardo miles, no, millones de lágrimas, y aunque ahora duela, no puedo olvidar que fueron fruto de una sonrisa.
Tengo imágenes del primer beso, un retorno esperado, las más suaves caricias, el abrazo más tierno, el último adiós. Películas veladas por la luz del tiempo, almacenadas en las cajas metálicas de mi memoria.
Poseo todo el tiempo del mundo para esperar que pase, aunque no sé muy bien el qué, pero pasará. Lo sé, alguien me lo prometió, me dijo que no derramaré más lágrimas, que era cuestión de tiempo, que no me decepcionará. -Nunca olvidarás esa imagen.
Guardo letras con las que me hago collares de palabras, para adornar mi pecho. Los pinto con todos los colores que vi en sus ojos. Los acaricio cuando me asalta el miedo a descubrir que siempre fueron negros. Puede que creas verte entre estas frases. Solo puedo decirte que te equivocas, estas frases nunca pertenecieron a nadie.
Sentimientos a la espera de un dueño que nunca volverá. Los arrastró con cada paso, son zapatos viejos y pesados, calados de agua en una noche gris. Y aun así nunca he sido más feliz.