Necesitamos el amor que nos limpie del barro del materialismo, ese que nos habla de recibir, de ser amados, hay que descontaminarse, y al dar y vaciarnos entrará de nuevo no solo el canto de los pájaros y de los ríos, sino las voces de los que sufren, y amarlos, y con ellos Amar la Historia, no la de los enfrentamientos sino la de las uniones, ¡ya basta de guerras!. Hace falta el amor que deja a los demás vivir en libertad.
Hay guerras, porque nos hemos olvidado de AMAR con mayúsculas, amar las esperanzas, las nuestras y las de los demás: los versos que nunca hemos escrito pero escribiremos, los besos que no hemos dado pero daremos, las oraciones que no hemos podido pronunciar pero que volveremos a poner la rodilla en tierra y los ojos en las estrellas, y nacerá el sentido sagrado de la vida. El amor que nos hace sentir, y encontrar de nuevo a Dios.