Quiero lo suficiente o tal vez menos. Quiero una respuesta a veces, para quedar con alguna intriga encantadora que me mantenga pensando por días. Quiero decir lo que siento, a veces, para darle la vuelta y escribirlo de la mejor manera que pueda ser leído, absorbido, asumido como verdad.
Quiero una sonrisa, sólo a veces, para comprender que no es gratis, que no es inexorable sólo quererlo. Quiero radiantes rayos de sol, a veces, para, durante los días grises, cultivar la nostalgia y recibirlos plenamente, con el frío moribundo en mi pecho. No lo quiero todo, no lo quiero siempre.
¡Quiero tener carencias qué solucionar, tristezas qué recorrer, apetitos qué satisfacer.! Quiero seguir sintiendo lo placentero que puede llegar a ser la vida, sabiendo que parte de ese placer es la aventura de su persecución por caminos tortuosos, espinados; sabiendo que, aunque merecerlo nunca es la carta de triunfo, llevamos la mitad del éxito por dentro, sólo esperando que la otra mitad aparezca sólo a veces.