Quiero matar a cada uno de los miedos que tengo, para poder caminar sin tropezar nunca más. Percibo luces, y se que en mi interior hay muchas más. Cada gota de sangre que derrame hoy, es una señal que me recuerda que no debo ir por ese camino. Tengo todo el tiempo que necesite, solo me falta entregarme por completo a esta fantasía de vivir con alegría.
El sol quiere aparecer y yo aun sin dormir. No siento cansancio, no siento miedo. Siento ganas de correr, escapar por el cielo. Me orientare como pueda. Dejare caer desde lo más alto todos esos recuerdos que me hacen mal, y vomitar cada vez que sea necesario el dolor mezclado con miedo de sentirme perdida. Cuando me siento desahuciada, siempre alguien aparece, compartiendo mi dolor.
Y hoy podré dar una mano, para caminar por el abismo, sin buscar saltar. Lucharé con todo lo que se me presente, mientras que no sea mi reflejo porque hoy por hoy es mi peor enemigo.
Aunque confieso que quiero encontrar el método para dejar de sentir temor frente a el mi reflejo, y poder darle mi espalda para que vea que mis ojos no le dan importancia. Aquí estaré hasta que deba partir. Mis ganas no me hacen alejarme, ni quiero hacerlo. No será el mejor escenario, pero es donde empezara la función.