Hoy me di cuenta lo importante que es para mi, poder mirar hacia atrás sin una gota de rencor, recordar con exactitud cómo fue mi ayer, observar viejas fotografías, y reír y llorar con ellas.
Recuerdo como antes bastaba con sacar el viejo álbum del closet, o del cajón del buro, y disfrutar de aquel olor a pegamento de la película protectora de cada página, un olor que te envolvía en viejos y bellos recuerdos, como lo era la foto escolar con todo el grupo, la foto del gran patio trasero de mi abuelita, en el que yo disfrute tanto la niñez, etc.
Hoy nos limitamos solo a dar pinchar en las fotos que queremos ver, y nos es tan fácil eliminar aquellas en donde no salimos tan guapas(o salimos francamente feas), por lo que vamos dejando solo las mejores fotos según nuestro ego, sin embargo hay un peligro latente de dar un mal click y no tener ni un solo recuerdo de los últimos cinco años al menos; hoy sentí un escalofrío al ver que parte de mí se había ido para siempre cuando por error borre la memoria en mi computadora.
El punto es que una vez más confirmo que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, y que los recuerdos modernos, ya sean fotos o vídeos tienen un valor inimaginable, al menos para mi.